Para evitar el dolor de cabeza durante el ayuno, deje de tomar café unos días antes de empezar el programa. Beba mucha agua e infusiones desde el primer día para prevenirlos. Un enema también puede proporcionar alivio. 

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Llene el recipiente con aprox. 1–1,5 l de agua tibia. Deje salir un poco de agua aflojando la palanca de cierre para que los restos de aire puedan salir del tubo. Cuelgue el recipiente en el pomo de una puerta o en el toallero y engrase con vaselina el extremo del tubo. Arrodíllese en el suelo, incline hacia delante la parte superior del cuerpo y apóyese en los antebrazos. A continuación, introdúzcase la sonda rectal en el ano utilizando una mano. Suelte la palanca para que el agua pueda entrar. Cierre la palanca antes de sacar con cuidado la sonda rectal. Intente retener el enema de 1 a 3 minutos. 

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A los pacientes que acuden a alguna de nuestras clínicas Buchinger-Wilhelmi para realizar una cura de ayuno, les aplicamos en primer lugar un enema o le suministramos un laxante. La limpieza del intestino ayuda al organismo a cambiar al modo ayuno. 

El primer día del programa puede ponerse usted mismo un enema o utilizar sulfato de sodio (10-40 g según su peso corporal), sulfato de magnesio (10-40 g según su peso corporal) u otro laxante que le recomiende su farmacéutico. 

Encontrará el material necesario en la farmacia o en nuestra tienda online. 

¿Cómo me pongo un enema?

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El ayuno interrumpe los patrones de conducta habituales. De esta forma es más fácil prescindir de la nicotina y/o del alcohol. Lo mejor es empezar a reducir ya el consumo de nicotina y/o alcohol unos días antes de empezar el ayuno.

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Para el día de transición necesita 150 g de yogur natural ecológico bajo en grasa o una alternativa vegana y, opcionalmente, un limón. Todo lo demás está incluido en el paquete.

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El momento perfecto para el ayuno es algo muy personal. La BOX DE AYUNO de Buchinger-Wilhelmi está diseñada para poderla integrar fácilmente en la vida cotidiana. Algunas personas prefieren ayunar mientras trabajan porque los días están más estructurados que los fines de semana y están expuestas a menos tentaciones. Otras, en cambio, prefieren ayunar durante las vacaciones para poder concentrarse plenamente en el ayuno. 

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La limpieza intestinal no es imprescindible para la correcta realización del programa, pero refuerza el efecto del ayuno. Uno mismo puede ponerse un enema. Quien ayuna con cierta asiduidad sabe apreciar el efecto. 

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No hay un momento correcto o incorrecto a la hora de elegir cuándo comenzarlo. Escuche a su yo interior y elija la fecha que más le convenga, preferiblemente un día en que no tenga citas importantes que le impidan seguir correctamente el programa. 

  • Si es la primera vez que ayuna, es aconsejable empezar el programa en un fin de semana para que el cuerpo se pueda concentrar plenamente en el cambio del metabolismo. 
  • Los ayunantes con experiencia a menudo prefieren empezar un día entre semana, porque la rutina del trabajo ya previene suficientemente posibles tentaciones. Quien empieza un lunes puede disfrutar el fin de semana de ingerir de nuevo alimentos sólidos.  
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